Llegamos tarde, como es costumbre. Liga – Emelec siempre ha sido un partido interesante y atractivo; y aquel domingo no fue distinto. Los graderíos asomaban colmados, pintados, como en una acuarela volátil, de azul y blanco. En el tapete verde de la cancha el balón ya rodaba hipnótico.
La bandeja alta de la general norte, nuestro lugar favorito para vivir el ritual que envuelve al deporte más hermoso del mundo, estaba llena a reventar. Apurados, intentando no perder detalle de lo que sucedía en la cancha, nos acomodamos en la bandeja inferior, junto a la murga que enciente la fiesta con sus bombos y trompetas, que espanta, con sus ritmos de júbilo, la ansiedad y el nervio.
El baile a nuestros alrededor era contagioso, frenético, y nosotros nos dejábamos llevar por sus compases a pesar de que siempre nos gustó vivir el fútbol de otra manera: quizás en silencio, mordiéndonos las uñas, apretando los puños, intentando entender cómo estaban distribuidas las fichas sobre el tablero, intentando saber qué pasaba por la cabeza de los ajedrecistas.
– La fiesta del fútbol – pensé en voz alta, mientras mis sentidos intentaban concentrarse en los trazos blanco que van tejiendo, con el balón, los jugadores.
Y la fiesta parecía aún más vivaz al otro lado de la cancha, en los graderíos de en frente, en los que las barras contrincantes vivían su partido aparte, un partido en el que el ganador es el que más alienta, el del mayor aguante. Una fiesta que, sin embargo, y sin que nosotros lo supiéramos aún, estaba rota, estaba ennegrecida: mientras otros cantaban y bailaban, un ser humano moría luego de ser agredido por sus semejantes.
Sangre derramada. Sangre que no solo manchó la mano del vil ofensor, ni empañó solamente a esa fiesta o a esa barra, ni afrentó únicamente los colores de una camiseta o los postigos de un deporte, manchó, en definitiva, las raíces de una sociedad que es construida día a día por nosotros, por nuestros actos y nuestras apatías, por nuestras palabras y por nuestros silencios. Una sociedad cuyas fracciones, lamentablemente, están fraguadas con fanatismo, violencia e intolerancia. Es lo que somos, o lo que hemos hecho de nosotros.
Qué lejos quedan los días en los que era posible ir a un partido de fútbol y sentarse junto a un desconocido que vestía la camiseta del rival y estrechar su mano sin importar el resultado del encuentro. Después de todo el fútbol no era más que eso: un juego que a veces regala pequeñas tristezas y otras tantas, efímeras alegrías. Y ésta es una generación que ha perdido eso y muchísimo más, amasada con el fanatismo de nuestros líderes, con la intransigencia de los dueños de lo cierto, cocida con la maña tramposa del más vivo. Pero también es una generación que aún tiene el tiempo y la fuerza necesaria para cambiar el rumbo de las cosas. Una generación que aún puede sembrar paz y tolerancia para que los que vienen detrás, nuestros hijos, algún día las cosechen y las disfruten.
De corazón espero que la muerte de ese muchacho, que seguramente tenía cosas en común conmigo y con todos ustedes, que tenía sueños, ganas de vivir, no sea en vano; que sea, por el contrario, el comienzo de una toma de conciencia que debemos impulsar en todo ámbito, en nuestros hogares, en nuestros lugares de trabajo, en los estadios de mundo. Y es aquí en donde quiero ofrecer un aplauso para ustedes, mis amigos, que ante un llamado a la paz acudieron masivamente rompiendo todos los records HoldemUIO, que no dudaron en ponerse las camisetas de sus equipos, en representarlos, y en abrazarse al otro demostrando que la tolerancia es posible, que el mundo tiene la voluntad de ser otro, de ser mejor, quizás más humano.


Suena el silbato, el partido termina. Ineludiblemente regresamos a la realidad sintiéndonos idénticos, sabiendo que la victoria no nos hizo mejores ni peores personas, sabiendo que el mundo sigue girando y que a la vuelta de la esquina hallaremos mil cosas más importantes: yo, por ejemplo, solo sueño con llegar a casa.
“You may say I´m a dreamer, but I´m not the only one”

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Jota, que buena entrada.
Felicitaciones por la gran iniciativa, para que personas como nosotros que amamos el futbol no nos veamos afectados por la violencia, que podamos ir con tranquilidad con nuestros hijos a los estadios sin temor a nada, espero que este mensaje se difunda por todo lado con el fin de concientizar.
Bien Jota…!!! Quizá te vamos a dejar a que entres por esta ocasión a la mesa final.
Suerte a todos, nos vemos noche.
Saludos
Robert.
Gran noche para recordar la del 12 de marzo del 2012, la hueca de los Holdem u-10 copada hasta la bandera. En total 26 asistentes incluido el CYRANO, representando a la mayoría de los equipos de la Serie A del campeonato nacional de futbol ecuatoriano, el objetivo principal REPUDIAR LA VIOLENCIA en la hinchadas y dar un mensaje de PAZ, quien gano o perdió esa noche es lo de menos, gracias a todos por apoyar tan buena iniciativa.
Gran gran entrada Jota...... realmente siempre t luses..!!!!
y el fantasma es el Xavi ajajajajjaa !!!!!
Robert jr
Entrañables amigos como les baila? Es impresionante como extraño su presencia, desde San Pedro Sula - Honduras les envío la mejor vibra, que este lunes la pasen de lujo, que la amistad sincera se reparta a diestra y siniestra, que hoy se juegue poker del mejor nivel en la hueca más fiel y de mejor calidad humana en Quito: el chalet del generoso Boris y la hueca incolume de los Holdem-U10!
Cuando el Flaco me conto de esta iniciativa, confirme lo que siempre he sabido: el J o mi Sensei seguirá siendo un maestro para las buenas ideas, para esas iniciativas que en su momento y desde cualquier retrospectiva, te harán sentir orgulloso de haber sido parte de ellas, por eso y ante la gentil invitación de mi hermano, les envíe la foto con la piel del Campeón del Ecuador, aunque sea por ilusión óptica quería estar ahí con ustedes.
Felicitaciones Compadres, que orgulloso me siento que la asistencia haya sido masiva, que todos plegaron a la moción y que la secundaron efusivamente, no importa la cancha o el deporte, con este pequeño pero sumamente simbólico acto, los Holdem-U10 le gritaron su punto de vista al mundo: la violencia con el deporte es una contradicción absurda, el espíritu puro de una competencia repudia enérgicamente cualquier acto irracional que agreda a sus participantes o espectadores, podemos sufrir, llorar, alegrarnos y olvidarnos por unos instantes de nuestras realidades cuando vivimos un deporte, pero nunca debemos dejar de ser humanos, seres que toleran y respetan las diferencias de sus iguales.
Que este acto se propague haciendo mella y que el mundo reconozca en los Holdem-U10 sus pilares fundamentales: amistad, honor, respeto, camaradería y un sano fanatismo por el Texas Holdem.
DRGN, magnífica entrada, no solamente por la gran iniciativa, sino además porque pienso que el llamado de alerta debe empezar por algún lado y que mejor que la hueca de los HoldemUIO.
Felicitaciones además a todos los HOLDEM que supieron hacerce eco del llamado del Sensei y participaron de forma masiva la noche del lunes 12 de marzo. Pienso que es entre todos que podemos generar conciencia social para evitar actos vandálicos como los que últimamente se han sucedido en los estadios.
Xavi, que alegría ver tu foto junto a la del resto de desocupados, digo de profesionales del poker, en verdad nos haces mucha falta con tu "a pasar a tio pullo", sin embargo contamos con que te encuentras bien y no andas de fish en Honduras =)
Señores, nos vemos hoy en la noche y a pesar que en el Poker no hay amistades, estoy seguro que todos nosotros nos sentimos parte de una manada, de un grupo de amigos que, decididos, pueden realizar grandes cosas como la del lunes!
Buena jota
Señores, les recuerdo que el Manny también se encuentra ausente de las mesas, asi que pienso que sería justo incluirlo en la foto como parte de los Holdem.
Publicar un comentario