Era así porque siempre había sido así, en el universo holdemsco había patriarcas que gobernaban tiránicamente sin tener el menor reparo en aplastar a sus iguales, factores que no se negociaban eran los que dictaminaban quien era el mejor o el más temido: los años que llevaban en el negocio, la desfachatez al quedarse con todo el dinero de sus enemigos, el engaño como un modus vivendi jugoso y lucrativo, cuando entrabas en sus predios era fácil identificarlos, aunque sus motes suenen inofensivos: el Flaco, la Luz o el Junior eran los mayores beneficiarios de un oficio turbio y enredado, ellos tranzaban con la suerte y vivían de los incautos que pretendían quedarse con su fortuna.
Cada semana los que envidiaban a estos viejos lobos juraban venganza, sin embargo aunque su rabia era autentica, por más que lo intentaban no lo conseguían. Los tiempos cambian y ninguna mafia tolera eternos, de pronto hace 12 semanas algo paso, quizá se confiaron, quizá esperaron sumisión perpetua, pero poco a poco aquellos que anhelaron sus naipes encontraron sus debilidades y las explotaron con astucia, sin que puedan evitarlo en el gallinero cantaban nuevos gallos, ya no eran los que dictaminaban las reglas, aquellos a los que siempre vieron como “capitales fáciles” ya no lo eran, para ellos era inaudito ser testigos de victorias ajenas, cuando ese era un elixir exclusivo de sus copas.
Vanos fueron sus intentos, estériles sus aireadas remembranzas del pasado, delincuentes de cepa pelean codo a codo por instaurar un nuevo patriarca, tienen con qué, les sobran armas y argumentos, pero como en toda mafia que se respete, las cosas solo cambian a punta de sangre y bala, los antiguos jerarcas aun tienen esperanzas y apertrechan a su más agudo representante, el Flaco venderá caro su pellejo, pero The Killer, Markeins, Diego y este servidor no le vamos a dejar! Que muera el pasado, que viva el presente y que por este barrio un nuevo Padrino domine nuestra suerte!